Llevo un dolor muy
hondo en el pecho, como un puñal atravesado en el corazón
tu ausencia me
golpea dejandome de frente con la cruel realidad
siempre estuviste a
mi lado para reconfortarme en mis momentos más oscuros
y hoy solo tengo el
recuerdo de tus palabras, como un eco vago que resuena en mi mente.
Quisiera arrancarme
esta sensación desde lo más profundo de mi alma
para que deje de
envenenar mi sangre y de nublar cada uno de mis juicios
porque a donde
quiera que vuelvo mi mirada, todo está para recordarme a ti
el sentir el sabor
amargo de tu partida es casi tan desolador como una lágrima
que se desliza
eternamente por mi mejilla ante el espejismo de tu memoria.
¿Por qué me has
dejado sin mediar palabras para perderte en el horizonte?
Hoy eres
inalcanzable para mí, pues el vacío es tan hondo en mi interior
que la duda persiste
al pensar si alguna vez volveré a encontrar tu mirada
que antaño
despertara en mí tantas esperanzas y anhelos bellos e inconclusos;
pero hoy lucen
pálidos a causa de la tierra que se lamenta sin parar por tu viaje eterno.
No encuentro una
razón que le de sentido a mis días desde que te fuiste
el cielo se ha
tornado gris encima de mis pupilas y el sol no ha salido más
mi vida se ha convertido
en un ocaso eterno con la desdicha de no saberte aquí
las horas se han
vuelto eternas en el tiempo al que trato de sobrevivir en vano
porque sé que sin ti
las cosas con las que disfrutaba no volverán a verse igual.