Dice una leyenda árabe que dos amigos que viajaban por el desierto
discutieron en un determinado punto del viaje, y que uno le dio una bofetada al
otro. El golpeado, escribió en la arena: “Hoy, mi mejor amigo me pegó una
bofetada”.
Luego llegaron a un oasis donde resolvieron bañarse. El que había sido
golpeado comenzó a ahogarse, pero fue salvado por su amigo. Al recuperarse,
tomó un estilete y escribió en una piedra: “Hoy, mi mejor amigo me salvó la
vida”.
Intrigado, el otro preguntó: “¿Por qué después de que te lastimé escribiste en la
arena y ahora escribes en una piedra?”
Sonriendo, el amigo respondió: "Cuando un gran amigo nos ofende,
deberemos escribir en la arena, donde el viento del olvido y el perdón se
encargarán de borrarlo y apagarlo; cuando nos pase algo grandioso, tenemos
que grabarlo en la piedra de la memoria del corazón, donde viento ninguno en
todo el mundo podrá borrarlo".